Jorge Solana | 11 de junio de 2021
Las Quebradas es un vino 100% monastrell, elaborado en un único pago ubicado en Villena, situado a 500 metros sobre el nivel del mar y con unas características que lo hacen único.
La influencia del clima Mediterráneo en nuestra geografía es manifiesta en todo el territorio. En medio de las llanuras de Alfaz del Pi se sitúan las Bodegas de Enrique Mendoza, con un vino denominado Las Quebradas, el corazón y el alma de una finca que lleva el mismo nombre.
En Alicante, como en muchos lugares de España, se elaboraban vinos en el siglo VI a C. La situación y ubicación ideal para el tráfico, tránsito y encuentro de negocios hizo que se desarrollasen los vinos de Alicante. Aunque no es hasta el siglo XX cuando se crea la Denominación de Origen Alicante, todo indica que desde los fenicios, y posteriormente los romanos, todas las civilizaciones cultivaron la vid en la zona.
EM Las Quebradas 2018
Vino tinto
Bodegas Enrique Mendoza
Variedad: 100% monastrell
21,15€
Entonces la elaboración era a través de las ánforas y tinajas de barro que se han encontrado en los restos arqueológicos de la zona, principalmente del Marquesado. En muchos lugares se está recuperando este tipo de elaboraciones en este tipo de depósitos. Desde luego, con otro tipo de crianzas y cuidados. Ahora no nos podríamos beber aquellos vinos hechos por los romanos, nos parecerían muy ásperos, muy ácidos.
A pesar de que el siglo XIX estuvo marcado por la filoxera, esto no hizo sino acrecentar el auge de los vinos de esta zona. Solo el cambio de modelo productivo acometido en el siglo XX hace que entre en recesión.
Culturalmente, la localidad de Alfaz del Pi celebra cada año en el mes de julio su Festival Internacional de Cine. Un pequeño Hollywood, con paseo de las estrellas, en donde aparecen los nombres de los grandes actores premiados. Además, durante las noches de verano se transforma en un mercado de artesanos.
En este clima, en esta zona, Enrique Mendoza tiene en cuenta el entorno y sabe la importancia de la tierra en el vino. Señalan que fue él mismo quien dibuja la silueta de una copa de vino en la arena del mar Mediterráneo. Innovador, revolucionario, llegará para seguir escribiendo la historia del vino de Alicante. Aunque le llamaron la atención las variedades foráneas, la monastrell lo invitó a hacer un quiebro y tender la mano de esta uva al mercado.
Según la propia bodega, hay documentos que indican que en la Finca El Chaconero se cultiva vino en el siglo XVI. El nombre de estas tierras viene dado por ser una zona que las lluvias del otoño encharcaban. De ahí su nombre completo, «Las Tierras del Charco de Enero».
Finca El Chaconero se encuentra en la pedanía de Las Virtudes, junto al Santuario Virgen de las Virtudes, al oeste de Villena. Es llamado por los más antiguos del lugar «Las Quebradas», debido a su edafología: los estratos del subsuelo no se encuentran de forma horizontal sino oblicua, con lo que el resultado es una gran cantidad de parcelas de pequeño tamaño con suelos totalmente diferentes. En la misma finca podemos encontrar cascajo, tierras areno-limosas y totalmente arenosas.
La preocupación por hacer reconocibles los vinos por todo lo que los rodea ha hecho que en Bodegas Enrique Mendoza el reto sea hacer los vinos de manera que se reconozcan el sol, la luz, el carácter mediterráneo y la humanidad. «Con la actitud, la experiencia y el equipo adecuado, este viaje está siendo más atractivo de lo que parecía», señalan desde la propiedad.
Las Quebradas es un vino 100% monastrell, elaborado de un único pago ubicado en este paraje «Las Quebradas», en Villena, situado a 500 metros sobre el nivel del mar y con unas características que lo hacen único.
La importancia de las brisas mediterráneas, junto a las tierras donde se producen estos vinos, a apenas 10 minutos en coche del Mediterráneo, conceden un espacio singular a vinos producidos con esta variedad tan conocida en la zona y tan especial para los consumidores del mundo.
La Esencia, un vino monovarietal de Syrah en el que se busca pontenciar el equilibrio entre la fruta y la estructura. Un vino muy sabroso, con cuerpo en boca y un final muy largo.
El vino estrella de las bodegas madrileñas Licinia tiene una elaboración especial. Un acompañante perfecto para una jornada de enoturismo. Un plan que marida de forma excelente con patrimonio, naturaleza, historia, cultura.